El Papel del Trabajo Social en la Gestión de Crisis y Desastres Naturales: Lecciones de la DANA

A finales de octubre y principios de noviembre de 2024, la DANA (Depresión Aislada en Niveles Altos) ha afectado varias zonas de España, dejando graves daños debido a intensas lluvias, tormentas e inundaciones. Este fenómeno ha provocado daños materiales importantes, pérdidas humanas y ha afectado a cientos de miles de personas.

En este tipo de situaciones, los trabajadores sociales juegan un papel fundamental en la gestión de la emergencia. Su labor no solo se limita a la atención inmediata, sino que abarca varios aspectos importantes de la recuperación y el acompañamiento a las víctimas:

• Apoyo emocional y psicosocial: Los trabajadores sociales proporcionan apoyo a las víctimas para ayudarles a superar el estrés y las secuelas emocionales generadas por los desastres. En estos momentos de gran incertidumbre, su acompañamiento es crucial para lidiar con el trauma y la angustia.

• Coordinación de recursos y ayuda humanitaria: También organizan y distribuyen los recursos esenciales como alimentos, medicinas, ropa y refugios. Esto garantiza que la ayuda llegue a quienes más lo necesitan, especialmente en áreas más afectadas.

• Fomento de la resiliencia y prevención comunitaria: Además de la ayuda inmediata, los trabajadores sociales promueven la resiliencia en las comunidades, ayudándolas a prepararse y a crear redes de apoyo para futuros desastres. Su objetivo es que las personas estén mejor preparadas para enfrentar crisis similares y puedan reconstruir sus vidas de manera estable.

La intervención en estas crisis subraya la necesidad de políticas públicas que aborden tanto la gestión de emergencias como la adaptación al cambio climático. Los fenómenos extremos como la DANA están aumentando, lo que hace que la intervención del Trabajo Social sea cada vez más crucial para mitigar los efectos en las poblaciones vulnerables.

En resumen, el Trabajo Social es esencial no solo en la respuesta inmediata ante desastres, sino también en la reconstrucción y fortalecimiento de la resiliencia social. La labor de los trabajadores sociales ayuda a las víctimas a superar las secuelas emocionales, coordina los recursos y fomenta la preparación para enfrentar futuros desastres.